Parte 1
Hace unos días, iba y venía en casa, hasta que uno de mis hijos me preguntó: ¿Mamá, qué estas buscando? Le contesté: Mis lentes. Mi hijo sonrió e indicó con su mano: Están en tu cabeza. Ambos reímos y seguimos con nuestras cosas…
Así pasa con la felicidad: Vamos, venimos, hablamos, lloramos, gastamos, viajamos y mil cosas más buscando una y otra vez la felicidad. La mayoría del tiempo está siempre con nosotros pero no volteamos a mirar, como cuando no encontraba mis lentes. No nos detenemos a sentirla, escucharla, verla y experimentarla.
Una de mis grandes pasiones y especialidades es la Psicología Positiva Aplicada, la ciencia de la Felicidad. Desde hace algunas décadas, un grupo de investigadores de todo el mundo liderados por Martín Seligman han estudiado las fórmulas que funcionan para que las personas vivan saludables, felices y plenas.
Algunos detractores de esta ciencia, argumentan que es imposible que el ser humano siempre esté sonriendo y feliz. Y tienen razón. Porque de eso no se trata, se trata de vivir la mayor parte del tiempo disfrutando la vida y afrontando con más recursos los retos y dolores inevitables.
Para quienes estudiamos y aplicamos la Psicología Positiva aplica muy bien esta frase: El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
Aquí te van algunas ideas equivocadas acerca de la felicidad.
Ser feliz no significa:
- Sonreír siempre.
- Que nunca llores.
- No tener problemas nunca.
- No experimentar pérdidas.
- Hacer bromas siempre.
- Que no duela una ausencia.
- Que nunca tengas conflictos.
- Que nunca te enojes.
¿Qué te parece esta lista? ¿Te identificas con alguna? ¿De qué te das cuenta?
Nos encontramos en el siguiente artículo.
Abrazo grande,
AnaG